Contribuye en la prevención y posible disminución de la agresividad psicológica hacia los infantes, como estrategia de control y disciplina, de tal forma que sirva como guía a maestros para que estén en capacidad de identificar y denunciar ante las autoridades los casos de maltrato psicológico del cual son víctimas los alumnos. Así mismo, es una guía para los padres de familia para que promuevan una conciencia de no violencia hacia sus hijos, puesto que si existe un reconocimiento del problema es posible que se puedan aplicar los correctivos que hacen parte del mismo y por último al niño, porque se beneficia de una relación padre-hijo más cercana y afectiva.