El desconocimiento de las normas y señales de tránsito puede traer consigo graves accidentes que involucren desde daños materiales hasta lesionados o muertos. Sin embrago, no es solamente este desconocimiento el que ha posicionado a los siniestros de tránsito como un tema de salud pública a nivel mundial. Se trata de la educación vial, entendiéndose como la manera de emplear los conocimientos en normativa y leyes para relacionarse las personas unas con otras, garantizando una forma sana de resolver conflictos y movilizándose de manera segura a nivel de peatón, de pasajero o de conductor de cualquier clase de vehículo. Al pensar no solamente en uno sino también en el otro, se puede generar conciencia de la importancia de la convivencia ciudadana. La intolerancia y las conductas peligrosas son las principales generadoras de siniestros de tránsito y se ha evidenciado que las campañas momentáneas y el endurecimiento de las infracciones no son suficientes para bajar los índices de multas, lesionados y muertos por causa de accidentes de tránsito. Este proyecto pretende abordar la falta de educación vial desde una perspectiva educativa en las generaciones más pequeñas, niños de grado segundo de primaria del colegio pequeños gigantes, de modo que se siembre una semilla de conciencia, respeto, tolerancia y cuidado de unos con otros, semilla que germine y crezca perdurando en el tiempo para lograr un mejor municipio.